El cuerpo humano está cubierto, aproximadamente, por 2 metros cuadrados de piel. La piel es el único órgano que está continuamente expuesto a irritantes, empezando con todo lo que entra en contacto directamente con ella todos los días. Tantos estímulos pueden provocar provocar picazón, y ésa es la principal razón que explica por qué nos rascamos.
¿Por qué nos rascamos?
La picazón (o prurito) es un mecanismo de defensa que se activa con un estímulo externo, como un insecto, polvo, ropa o cabello, y que le indica al cuerpo que existe un riesgo de ser lastimados. Tan pronto el estímulo rasgue la superficie de la piel, los receptores en la dermis se irritan y envían la respectiva señal al cerebro, a través de la columna vertebral.
El cerebro responde iniciando la sensación de picazón, cuya intensión es que nos rasquemos para remover el irritante lo más rápido posible. Tan pronto el irritante ha sido eliminado, la señal enviada al cerebro de que hay que rascarse es interrumpida y, entonces, la picazón cesa. De hecho, incluso si no remueves el irritante, el rascarte causará un poco de dolor que distraerá tu atención y ya no te enfocarás en la picazón.
Tomando en cuenta que los irritantes son minúsculos y que al rascarte con las uñas afectas numerosas terminaciones nerviosas en la piel, entonces el dolor se ubica en un área mucho más grande que en la que se encuentra el irritante originalmente. Entonces, ¿la picazón es un tipo de dolor? Es lo que se pensaba hace tiempo, pero la ciencia ya lo ha descartado. Mientras que el dolor es algo que nos repulsa o aleja, la picazón es algo que, por el contrario, nos atrae y nos hace actuar en consecuencia. Es decir, son dos reacciones opuestas (aunque, al igual que el dolor, el protegernos de un mal mayor o señalar que algo está mal es el motivo fundamental de por qué nos rascamos).
Fuentes:
Fox News Science (2014). Why do we itch? Scientists seek to solve the maddening mystery.
How Stuff Works (2015). When you have an itch, what is happening under your skin?.