Científicos de Estados Unidos han descubierto que la irisina, una hormona que te hace sentir bien y que es producida durante el ejercicio, realmente existe en los seres humanos. Demostrando que la irisina existe, han puesto fin a un debate de años que la cuestionaba y que suponía que era un mito.
La irisina existe
El equipo de investigadores, liderado por Bruce Spiegelman del Instituto de Cáncer Dana-Farber, utilizaron espectrometría en masa para detectar irisina en muestras de sangre en individuos después de haberse ejercitado. Lo que encontraron fue que los participantes habían liberado esta hormona, activando las células adiposas o grasas para incrementar el gasto de energía. También se descubrió irisina en individuos sedentarios, y que ésta aumentó considerablemente en personas que llevaban a cabo un ejercicio aeróbico.
¿Por qué la irisina es buena?
La irisina fue descubierta originalmente en 2012 y emocionó a los científicos porque ya tenían una razón que potencialmente explicaría por qué el ejercicio nos mantiene saludables. Desde entonces, esta hormona recibió mucha atención porque inmediatamente surgió una división en la comunidad de investigadores que se cuestionaba si la irisina existe o si realmente no era así.
Parte de las pruebas que se hicieron en esos momentos determinaron que cuando los niveles de irisina aumentaban en ratones, la calidad de su sangre y la velocidad de su metabolismo aumentaba. Los resultados en pruebas humanas todavía no ofrecen un resultado contundente (hasta ahora los resultados han sido mixtos), pero desde ya se sospcha que un entrenamiento de alta intensidad es particularmente efectivo para aumentar los niveles de irisina.
Una alternativa para otros problemas
Haber confirmado que la irisina existe podría dar la pauta para que se desarrollen fármacos que actúen como la hormona en cuestión y produzcan efectos similares que los del ejercicio en relación al peso, especialmente para los que no hacen ninguna actividad deportiva. Obviamente esto es tan solo una idea por el momento, pero lo que sí es un hecho es que ésta es un ejemplo más de cómo el ejercicio puede tener beneficios múltiples en la salud y bienestar general de los seres humanos.
Fuente:
Eliza Berlage (2015). The verdict is in: feel-good exercise hormone irisin is real.